Sinopsis:
Mucho se ha hablado del terrorismo de ETA en las décadas de
los 70 y 80, pero nunca se había escrito esta historia desde la mirada limpia e
inocente de los niños cuyos padres estaban amenazados o fueron asesinados por
la organización terrorista. La autora fue uno de esos niños que al igual que
otros, vivió unos acontecimientos que ningún niño debería vivir jamás.
El testimonio novelado Los niños de Lemóniz es la suma de recuerdos recuperados. Habla de personas, emociones y situaciones, pero sobre todo habla de niños, de cómo ellos vivieron esa realidad, de cómo sus padres, ante situaciones límite, intentaban ocultar lo que estaba ocurriendo con el único objetivo de protegerlos. Niños que nunca fueron tenidos en cuenta, ni siquiera en las estadísticas. Y también habla de mujeres, de madres que, a pesar de su juventud, fueron extremadamente valientes, generosas, protectoras y luchadoras.
El testimonio novelado Los niños de Lemóniz es la suma de recuerdos recuperados. Habla de personas, emociones y situaciones, pero sobre todo habla de niños, de cómo ellos vivieron esa realidad, de cómo sus padres, ante situaciones límite, intentaban ocultar lo que estaba ocurriendo con el único objetivo de protegerlos. Niños que nunca fueron tenidos en cuenta, ni siquiera en las estadísticas. Y también habla de mujeres, de madres que, a pesar de su juventud, fueron extremadamente valientes, generosas, protectoras y luchadoras.
Reseña:
Con el trasfondo político de ETA en el país Vasco, Estela
Baz cose sus recuerdos de infancia en un relato novelado que supone un
reconocimiento a todos los niños que sufrieron en primera persona esa época de
miedo y terror sembrado a su alrededor y un homenaje a todas esas madres que
hicieron lo imposible porque su niñez no se viera truncada por este conflicto
político que les pilló en medio.
En la construcción de la central nuclear de Lemóniz, la banda
terrorista ETA vio un filón donde hacer causa de sus aspiraciones independentistas
y la utilizaron como moneda de cambio,
que dejó en el camino hasta su paralización más de 300 atentados y un clima
social envenenado y lleno de miedo y de odio.
El padre de la protagonista es un emergente ingeniero
nuclear que trabaja en la construcción de la central y Estela nos va a abrir de
par en par sus recuerdos en los que la familia y los amigos se ven inmersos en
esta sinrazón que trastocará su vida diaria. Por las páginas del libro van a
aflorar los recuerdos más tiernos e inocentes de una niña a la que de pronto
las preguntas ante cosas que no entiende se le acumulan en su cabeza. Los
recuerdos de la escuela, de los juegos inventados por las madres para que estos
niños no descubrieran esa amenaza real, de las reuniones clandestinas de los
trabajadores y de miradas y gestos que solo entendían los mayores van a
poner a través de esta lectura una
mirada al conflicto de ETA como nunca se había escrito.
El libro, al principio es un poco monótono, los primeros capítulos
nos van a situar en la época y el contexto, pero a través de los ojos de una
niña y eso es lo que hace que no tenga demasiada fuerza. Sin embargo a medida
que avanzamos en la lectura y el conflicto se agranda, las situaciones
familiares se hacen más difíciles de llevar y se nota también en el crecimiento
narrativo que Estela imprime a la historia, emotiva, triste en ocasiones y que habla
también del valor y la generosidad de esas madres que tuvieron que enfrentarse
a dos realidades bien distintas, la de la calle y el día a día y la que se
vivía delante de los niños.
Para los que ya tenemos cierta edad supone también un
recuerdo de aquella época que vivimos con temor y preocupación y en ese sentido
resulta una lectura que aporta también un punto de vista diferente que se agradece.
La autora:
Estela
Baz nació en Bilbao. Licenciada en Dirección de Empresas y Marketing, cursó
estudios de postgrado en la Universidad de Salamanca y ESADE, entre otros. La
necesidad de dar respuesta a las emociones propias y de otros la llevó a
hacerse experta en Coaching y PNL. Actualmente trabaja en el mundo audiovisual,
donde ocupa un puesto de dirección.
En
el año 2016, y de la mano del Grupo Planeta, dirigió la edición del libro 37 almas en
una, del cual también es coautora, y en 2017 participó como
colaboradora en el libro Mírame España, publicado por Accenture.
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